Uno de los inconvenientes que más se han criticado para el acceso a los mercados internacionales ha sido la infraestructura física del país: carreteras, puentes, viaductos, ferrocarriles, puertos y aeropuertos; ya que son la principal fuente de progreso económico y vías para que la producción nacional pueda salir al exterior. Sin embargo, se hace necesario que el sector privado se solidarice con la situación e invertir en la construcción de las obras que permitan facilitar la logística nacional, previo estudio de su impacto en lo referente a acceso, vinculación local y costo con el fin de determinar si en realidad se pueden convertir en motor económico.
Un análisis del territorio se ha centrado no solo en conocer las condiciones geográficas y determinar si la localización es de campo o ciudad, sino que se ha preocupado por identificar cómo y en donde se ubican los asentamientos empresariales y factores de producción para definir cada territorio de acuerdo con los siguientes parámetros: agrícola, industrial, de servicios ó tecnológico, esto con el fin de fijar en dónde es la infraestructura una necesidad individual, simultánea o complementaria, ya que como dijo Hoover (1951): el éxito o fracaso de un negocio depende del lugar donde se sitúe, y de la misma manera, la efectividad de un proyecto de infraestructura depende de la ubicación de estos negocios.
Por lo anterior, es importante determinar el impacto de los proyectos de infraestructura actuales y futuros con base en la oferta exportable del país y en donde se encuentre ubicada, pero para esto es primordial hacer un análisis exhaustivo en materia espacial y económica para considerar que tan efectiva sería la inversión con base en las expectativas con relación a hacer los procesos de internacionalización más eficaces, a un desarrollo social beneficioso para la población cercana y minimizar en lo posible el impacto de la operatividad empresarial.
Aunque existe una exigencia de cambios globales para mejorar la competitividad en el ámbito comercial, no se puede dejar de lado la realidad que viven cada una de las localidades que pretenden ser permeadas por esta necesidad de cambios y por esto se hace necesario medir el impacto que estas obras generarán en cuanto al bienestar de los hogares, el medio ambiente, la productividad de las industrias y el comercio internacional.